Que os parece si seguimos la semana con un buen plato de pasta.
Mi idea era acompañarla de una salsa de champiñones y al ir a comprar la pasta, me encontré estos girasoles rellenos de setas, y no dude en cogerlos ya que combina fenomenal con la salsa mencionada antes.
Esta receta es sencilla pero queda espectacular, así que ya no hay escusa para hacer un fabuloso plato de pasta diferente.
En este caso he utilizado ajo y cebolla en polvo, pero es evidente que podéis sustituirlo por frescos.
A mi me gusta en polvo, ya que así el único tropezón, por llamarlo de alguna manera, será el champiñon.
Como siempre digo, las recetas se pueden ir modificando al gusto de cada uno.
Vamos a empezar con los ingredientes que necesitaremos.
250 g de champiñones
500 ml de nata líquida
2 cucharaditas de sal
1 cucharadita de ajo en polvo
1 cucharadita de cebolla en polvo
pimienta (al gusto, yo he elegido de tres colores)
2 - 3 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharadita de mostaza
Lo primero que vamos hacer es laminar los champiñones.
En una sartén, pondremos el aceite a calentar para cocinar los champiñones laminados con una cucharadita de sal.
Un vez estén más pochados, le incorporamos el ajo y la cebolla en polvo, si utilizáis frescos, añadirlos mucho antes para que se cocinen bien.
Lo siguiente que vamos a incorporar es la mostaza, removemos.
Vertemos la nata líquida a la sartén y le ponemos la pimienta al gusto, y una cucharadita de sal (esto depende un poco el gusto de cada uno).
Dejamos que acaben de cocinarse los champiñones, mientras ya tenemos la pasta cociendo.
Una vez tenemos la pasta cocida, la añadimos a la sartén con la salsa y mezclamos bien para que se impregne la pasta y coja todo el sabor.
Ya tenemos lista nuestra pasta, solo nos queda servir y disfrutar de este espectacular plato.
Un abrazo muy fuerte.
Con este post participo en el reto de facilisimo recetas con setas.
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