Ya vamos dejando atrás los platos fríos para incorporar los más contundentes.
Pues la verdad que el pollo es la carne que más me gusta e intento prepararla de muchísimas maneras para que no sea tan monótono.
Antes de empezar, os explico algunos cambios que podéis hacer en esta receta.
En este caso he utilizado un kilo de alitas de pollo, pero se puede hacer con cualquier parte del pollo que más os guste.
La receta lleva vino blanco, pero podéis sustituir el vino por agua o caldo.
Los champiñones que suelo usar, son laminados de lata, si usáis frescos, cortarlos finitos para aseguraros que están hechos, en el caso que os gusten más gruesos, dejar cocinar unos minutos más.
Dicho esto vamos a empezar con los ingredientes que necesitamos.
1 Kg de pollo
50 ml aceite
3 dientes de ajo picado
150 g cebolla troceada
150 g pimiento verde troceado
150 g pimiento rojo troceado
50 ml vino blanco
50 ml agua
200 ml tomate frito
1 pastilla de caldo de carne
1 pellizco de pimienta negra
1 pellizco de nuez moscada
250 g champiñones laminados
En una olla o cazuela amplia, pondremos el aceite y el ajo. Sofreír unos minutos para que el aceite coja el sabor del ajo.
Añadir la cebolla, el pimientos verde y rojo, ya cortados en trozos pequeños, e incorporar el vino blanco.
Pochar 10 minutos.
Una vez pochado, añadir el pollo, el agua, tomate frito, la pastilla de caldo, la pimienta y la nuez moscada.
Cocinar 20 minutos, removiendo de vez en cuando.
Pasado este tiempo, añadiremos los champiñones, dejando que se cocinen 10 minutos.
Podemos acompañar con arroz blanco.
Y listo, aquí tenemos un clásico que nunca falla.
Nos vemos en el próximo post.
Os deseo un bonito día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario